miércoles, 20 de julio de 2011

Vuelta al Torozo

Entre los puertos del Pico y Serranillos, en Gredos, se levanta poderoso el macizo granítico del Torozo, bello ejemplo de formación geológica de alta montaña.
Entre las dos vertientes de la sierra no hay un buen sistema de comunicación fuera de los caminos asfaltados, por lo que es preciso manejar muy bien las piernas para superar los duros desniveles de las pistas abiertas por los ganaderos de la zona; por contra estos esfuerzos son muy bien recompensados con las fantásticas vistas de los valles y quebrados horizontes de las interminables montañas de Gredos.
[Rutas en bici de montaña. Juanjo Alonso. Ed. El Pais-Aguilar]

El Torozo, desde San Esteban del Valle
Ver ruta para GPS en Wikiloc

El madrugón a las 6:30 de la mañana nos permitió estar a las 8:30 en el collado del Puerto del Pico preparados para disfrutar de una nueva jornada de bicicleta de montaña. Las vistas hacia el sur desde estos 1300 m de altura sobre el Barranco de las 5 Villas es espectacular. 

El tiempo se presentaba fresco, nublado y muy ventoso en lo alto del puerto, pero en cuanto iniciamos el descenso por el principal encanto monumental y arqueológico del recorrido, quedamos protegidos del fenomeno natural más molesto que podemos encontrar al pedalear, el viento.

Este monumento no es otro que la Calzada Romana, una de las antiaguas vías del imperio romano mejor conservadas de la Península. El vetusto empedrado de dos mil años de edad ha sido magníficamente recuperado en varios tramos y nos hace realizar un vertiginoso descenso hacia el valle de las Cinco Villas entre barrancos, robles, castaños y carrascas.


Calzada romana

Este primer tramo por la calzada de apenas kilómetro y medio es eminentemente técnico; el porcentaje de denivel negativo y el estado de algunos tramos nos obligará a bajarnos de la bici en alguna ocasión, pero la sensación de rodar por el mismo trazado que hace dos milenios lo hacian los ciudadanos romanos es muy emocionante.

La calzada continúa su descenso hasta Cuevas del Valle, cruzándose en varias ocasiones con la N-502. Nosotros en el primer cruce con la carretera, la abandonamos para seguir la nacional hacia la izquierda, que asciende levemente durante un kilómetro hasta una pronunciada curva de herradura

En esta curva cambiamos la nacional por una estrecha pista forestal asfaltada que faldeará el Torozo durante 8 relajados kilómetros en un descenso suave de cotas que nos permitirá divisar, siempre a la derecha de nuestro sentido, el espectáculo natural del valle de las 5 Villas con sus respectivos pueblos, sin la necesidad de tener que dar una sola pedalada. 

Valle de las Cinco Villas.

Dicha pista va a parar sin confusión a la localidad de San Esteban del Valle, pero un kilómetro antes de llegar al pueblo, se toma una pista hormigonada a la izquierda con el primer ascenso serio del día, que coincidirá con las pendientes más elevadas de la jornada. Un kilómetro y medio de rampa con un 14% de desnivel nos quitará el frío que hemos acumulado en el cuerpo entre el frio de la mañana y el largo descenso de cotas desde que iniciamos la marcha.


Pista de hormigón, saliendo de San Esteban.

Esta subida va dejando casas particulares a los lados hasta que en una bifurcación del camino, el hormigón desaparece a la vez que el terreno urbanizado. Al tomar el camino de la derecha, el piso se convierte en tierra prensada y se reduce levemente el desnivel, a pesar de seguir ascendiendo.

Ascenso entre pinares.

Este nuevo tramo zigzaguea por la ladera dentro de un denso pinar, que permite al olfato disfrutar también del camino. Cruzamos pequeños arroyos que corren ladera abajo y permite refrescarnos del esfuerzo. En algunos tramos las piñas maduras de los pinos depositadas sobre el suelo hacen una estampa digna para disfrutar del entorno por el que rodamos.

Nacimiento de arroyos.

El camino sale a la AV-913, más conocido como el puerto de Serranillos, unos 4km antes de coronar el puerto, justo a la altura de la fuente de los Cervigueros. De nuevo pues, pisamos asfalto para continuar ascendiendo. Aspecto que no nos incomoda, puesto que hoy no hay nada de tráfico y las vistas vuelven a ser espectaculares en cualquiera de la dirección en la que miremos.

Ascenso de Serranillos

Tras coronar Serranillos a 1500m tenemos dos opciones: una más corta y cómoda nos lleva descendiendo el puerto hasta tomar un camino forestal a la izquierda, a medio puerto antes de llegar a Serranillos, que nos llevará de vuelta al puerto del Pico por la vertiente norte del Torozo. Y otra más larga, entretenida y dificultosa que nos conduce al collado del Canto de la Nava. Tomamos esta segunda opción.

Puerto de Serranillos.

Asi pues, tomamos la pista forestal que sale a la derecha en el mismo puerto. La pista esta cerrada con una cancela que sin problemas abrimos y tras cruzarla volvemos a cerrar. Seguimos ascendiendo por un camino ancho y bien adecentado hasta llegar al collado del Canto de la Nava. Estamos en el punto más alto de la ruta, aproximadamente a 1600m de altitud. El paraje es espectacular, casi idílico. Aire fresco, puro. Silencio. Mires por donde mires solo hay naturaleza, ningún atisbo de la mano del hombre en cualquiera de los puntos cardinales en los que divises. Pero nos encontramos con companía...

Collado del Canto de la Nava.

Un conjunto de ganado vacuno al fondo, justo hacia donde nos lleva el camino; lentamente pasamos junto a ellos que observan pacientemente nuestro paso quedando a nuestra izquierda. Continuamos unos cuantos metros hacia adelante y el camino se acaba. Contábamos con ello, el trazado se dispersa en una espectacular pradera verde... llena de vacas. Esto tenia peor pinta, antes sabíamos por donde ciclar, pero ahora deberíamos buscar un sendero ganadero de apenas 50cm de anchura en una amplia pradera llena de "animalitos" que, suponiamos, mansos.

Pradera del Canto de la Nava.

Con más insensatez que confianza cruzamos entre el grupo de ganado a 1600 m de altura, sin camino y ningun lugar donde recurrir en caso de que estos animales no fuesen precisamente mansos. En este caso la suerte estuvo con nosotros, según nos acercábamos a ellos, muy despacio, nos abrian paso hasta que conseguimos encotrar el casi imperceptible sendero. Bonita y arriesgada experiencia la vivida en ese momento.

Sendero ganadero.

Tras tomar el sendero, nos damos cuenta de que es inciclable y debemos alternar el empujar la bici con subirla a las espaldas durante aproximadamente un kilómetro. De repente el sendero desaparece o lo perdemos. Pero por contra hemos conseguido divsar el camino que debemos tomar un poco más abajo, observando que se dirige hacia la localidad de Serranillos que se ve más al fondo, hacia donde nos tenemos que dirigir, al norte.

Este tramo lo realizamos por pura intuición. Fue el tramo más complejo donde tan pronto piensas qué hago yo aquí, como que te sientes afortunado de la simbiosis que se produce entre la naturaleza y tu persona.

Campo a través por la garganta de Pedro Bernardo.

Una vez retomado el camino, continuamos el descenso por la garganta del puerto de Pedro Bernardo, por un camino muy roto, que poco a poco irá adecentándose a medida que descendamos cotas y nos aproximemos al pueblo.

Camino imposible.

En medio de la bajada, un nuevo y bello problema. Un nuevo grupo de ganado nos corta literalmente el paso. No podemos continuar si no se levantan y que quitan del camino... Con más valor que miedo, y no era poco el que teníamos, nos bajamos de las bicicletas, muy despacio y juntitos íbamos avanzando; colocamos la bicicleta entre el animal y nosotros por si hubiese que "torearlo". A ambos lados terneros con sus madres... De repente la más grande, que casualemente es la que nos impide el paso, se levanta, nos mira; nosotros contenemos la respiración. Todos quietos. Parece que cede un paso, se gira para salir de la pista hacia el prado y... en medio del silencio suena el pulsómetro de Javi... los terneros corren asustados, nos montamos en la bici e iniciamos el descenso más rápido de nuestra vida por un camino, que en condiciones normales nos hubiese obligado a bajarnos de la bici, pero el susto que teníamos encima nos hace ser profesionales de la modalidad de descenso técnico.

Unos metros más adelante conseguimos girar la vista y ver a lo lejos al ganado. Risas y más risas hasta concluir el descenso al pueblo de Serranillos.

Recuperamos agua para los bidones e iniciamos el ascenso de nuevo al puerto de Serranillos ahora por la vertiente norte; tras dos curvas de herradura a medio ascenso del camino y tras pasar la fuente de los gandules, en la misma carretera; sale a la derecha, justo donde se terminan los pinos, escondida, una pista forestal que continua en ascenso unos pocos metros más. Pronto nos encontramos con un paso candiense que coincide con el inicio del llaneo por la cara norte del Torozo.
Cara norte del Torozo

Este nuevo y último tramo se realiza muy cómodamente con un largo falso llano en descenso con alguna leve rampa de subida sin más complicaciones. Llegamos a una espectacular caía de agua que resbala por una pared granítica de unos 10 metros de altura que nos llama la atención. Continuamos el camino en busca del puerto del Pico en una tendencia en descenso con algunos tramos arenosos, donde vuelve a aprecer el pinar.

Caída de agua

Esta pista nos deja en la N-502 un kilómetro y medio antes de coronar el puerto del pico por su cara norte, coincidiendo con el último tramo de ascenso de la jornada.

Para concluir una foto de grupo en el cartel del puerto y una merecida comida de menú en el mismo restaurante situado en el propio collado.

Puerto del Pico

1 comentario:

  1. Estáis zumbados.
    Esta es para hacerla toda la grupeta.

    Por cierto esta chula tu nueva Trek

    ZUMBADOS

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