lunes, 21 de julio de 2014

Etapa 7. 19 de julio. Prades-Cebere(Llança)



Afrontábamos hoy la última etapa con mucha alegría e ilusión. Atrás quedaban días de sufrimientos y, como cualquier final de ronda grande, suponíamos la jornada de hoy como un simple paseo; orgullosos de la consecución de nuestro proyecto.

Aún quedaban 124km y 1444m d+ hasta Ceberes, última localidad costera de camino a España. A ello, debemos añadirle 21 km y 471m d+ de propina que nos metimos Rute y yo para llegar en bici hasta el hotel en Llança, ya en territorio español.

Una rápida salida por una carretera nacional con algo de tráfico nos va a permitir rodar los primeros 16 km en un tiempo récord hasta el desvío hacia Bouleternere, donde la carretera se estrecha a la vez que desaparece prácticamente la circulación.


Desde esta localidad se inicia el largo, pero suave, Col de Xatard con un previo ascenso al Col de Fourtou. 22km al 3% de desnivel medio, pero con muchos descansos que nos permiten rodar con alegría por este valle poblado de flora típicamente ya mediterránea.

A falta de 5km para la cima, nos esperaba Imanol para avisarnos del desvío en el Col de Fourtou. Tan solo sirvió para reponer un poco los líquidos de los bidones y descansar nuestra espalda de este rugoso asfalto que como bien indicó Rute; "parecíamos estar rodando sobre un jacuzzi"

En lo alto del tendido Col de Xatard celebramos lo que sería el último avituallamiento del viaje. Allí hizo Marta los honores de acabar definitivamente con el bote de Nutella. Parecía una auténtica fiesta campera sobre todo por el áurea de felicidad que rondaba en el ambiente.

El descenso hasta Palalda, que nos dejaría definitivamente en la carretera principal, lo realizamos por un denso bosque con algún que otro repecho en medio de la bajada que nos obligó a tensar las piernas.

En los claros del bosque podíamos observar algunos de los pueblos que habíamos ido transitando por esta tranquila y casi despoblada sierra.

Paralelos al río Le Tech, tomamos rumbo directo hacia Argeles sur Mer en busca definitiva hacia el Mediterráneo. Este tramo, hasta la localidad de Le Boulou, lo hacemos con una leve pendiente negativa que contrarrestaba el viento de cara proveniente de la cercana costa.

El denso tráfico dificultaba nuestras maniobras para ir a rueda hasta que una señal de tráfico nos obligó a abandonar la carretera para usar un muy bien adecentado carril bici paralelo a esta.

Carril bici que repentinamente se cortó y debimos buscar una carretera alternativa para conseguir llegar hasta nuestro ansiado objetivo. Divisar en nuestro horizonte la mar.

En la entrada a la gran localidad de Argeles sur Mer debimos hacer una llamada telefónica para contactar con Imanol a la misma vez que sobre los tejados de las casas podíamos divisar el lineal horizonte del mar Mediterráneo.

El objetivo estaba conseguido. Habíamos contactado ambos mares. Pero quedaba rematar la faena, debíamos bordear la costa hasta Ceberes, localidad fronteriza.

Y así lo hicimos, por la antigua carretera del litoral pasando por Collioure y su bello castillo a pies del mar. Por Port Vendres y su elitista puerto con grandes y espectaculares yates, todo un Puerto Banús en miniatura. Y la turística Banyuls sur Mer.

Todo ello no sin antes pasar por leves collados de no más de tres kilómetros que separaban todas estas localidades.




Una vez en Ceberes; abrazos y emociones a flor de piel. El reto estaba oficialmente concluido, pero... Rute tenía algo en la cabeza.

-"More, si te vienes conmigo vamos hasta el hotel en bici". Esto suponía unos 20km más de ruta bordeando la costa, pero en esta ocasión por tierras españolas.

-"¡Vamos allá!", había estado guardando fuerzas durante toda la semana y me veía con ganas de seguir disfrutando de la bici.

Ascendimos dos pequeños puertos, siempre con el Mediterráneo como compañero; uno para pasar la simbólica frontera franco-española y otro para sobreponernos al Col de Frare. Ambos de unos 4 km con una media del 5 % nos permitieron disfrutar de este postre de ruta que nos dejaría un dulce sabor de boca para rematar el viaje

870km después y 20.137 m d+ acumulados durante 7 días. Toda una aventura que había llegado a su fin.
Tan solo quedaba celebrarlo como todos sabemos. Un buen baño en la playa, una buena cena y... casualmente era el inicio de fiestas en Llança.

Un espectacular show pirotécnico dio paso a la noche con botellines y algunos gintonics muy bien merecidos para confirmar los estrechos lazos de amistad que se aferran tras tantos días de sufrimiento conjunto.

A todos gracias...

1 comentario: