lunes, 21 de julio de 2014

Etapa 6. 18 de julio. Ax les Thermes-Prades



Afrontábamos hoy la penúltima etapa con tan solo dos puertos que superar. Tan solo 98 km de ruta, pero en los que ascenderíamos cerca de los 2.400m de desnivel. EL Col de Pailheres y el Col de la Jau sería los responsables de este desnivel.

El primero de ellos sería el segundo y último puerto que superase los 2.000 metros junto al Tourmalet.

Desde Ax no tenemos tregua con el calentamiento y comenzamos a subir desde los primeros metros. Atrás dejábamos el pueblo de las termas a ritmo de música que Marta nos ofrecía con su móvil para motivarnos de cara a este largo ascenso de 19 km pero con una media del 7%.

El primer tramo, junto a varias curvas de herradura, lo tomamos con calma a pesar de su ligera dureza. Nos suavizó la pendiente hasta llegar a la bonita zona del Lago Lauce, un poco más arriba de la localidad de Ascou.
Lago Lauce
Tras el paso del lago, el valle se encajona y el río del mismo nombre baja con fuerza junto a la carretera. Es una zona de sombra, muy cerrada que vuelve a endurecer el ascenso hasta que de nuevo vuelve a abrirse definitivamente dándonos un respiro de cara a la parte final del ascenso.
Descanso previo a la estación de sky.
El puerto se complica justo al llegar a la estación de sky donde se inician los restantes 6 kilómetros hasta la cima con una pendiente media del 9%. Unos kilómetros que nos harán despegar del valle para ascender ladera arriba hasta el collado casi sin darnos cuenta.
Algunos neveros en la cima
La altitud del puerto se plasma con la cantidad de neveros de nieve que nos rodean justo a nuestra altura. A más de uno le dio la tentación de buscar una bola de nieve y liarnos como enanos pero el paisaje que nos esperaba al otro lado de la cima nos hizo olvidar todo pensamiento infantil.
Col de Pailheres
Reflexionando sobre lo poco que nos quedaba por concluir nuestro viaje, acabábamos de vencer al último coloso de los Pirineos. Alzando la vista en una búsqueda estéril hacia el Mediterráneo nos dimos cuenta de la belleza del descenso que teníamos por delante.
Descenso del Pailheres
Y sí, cada metro que nos dejábamos cae confirmaba nuestras expectativas. Fue el más bello, el más divertido y el más tortuoso de los descensos realizados hasta la fecha. 27 curvas de herradura, 27 hasta la población de Mijanes. Superando al mítico Alpe d´Huez.
Primeras curvas de herradura
 Una consecución de curvas de herradura, con más o menos distancia entre ellas, más o menos amplitud y cada una con alguna característica particular. Todos coincidimos en que había sido el descenso más disfrutón del viaje.
Precioso descenso
10km a los que había que sumar otros 20 más por lo más profundo del valle del río Aude, con algo menos de pendiente pero con un ligero viento de cara que nos hizo colocarnos a rueda para llegar hasta el desvío para el nuevo ascenso.
Chateau d´Ussau
Antes de ello, pasamos por el peculiar y bonito Castillo de Ussau encaramado sobre un promontorio rocoso que llama la atención en medio de nuestra bajada.

Imanol nos esperaba en el desvío para el segundo y último puerto. Una breve parada para saludarlo y echarnos unas risas antes de iniciar el ascenso fueron suficientes para advertir en el grupo la ilusión del casi conseguido reto.
Desvío hacia el Col de la Jau
Un cambio de valles nos conduce hasta la población de St Colombe donde oficialmente comenzará el puerto de 14 km al 6,5 %.
Cañones similares a los conquenses
Hasta llegar a esta localidad, el valle nos recuerda de alguna manera a las hoces de los ríos conquenses y su vegetación comienza a resultarnos familiar. Estábamos empezando a aproximarnos al clima mediterráneo.
St Colombe
En esta población paramos a reponer agua en una de sus fuentes y al reanudar la marcha, un nuevo radio se rompe en mi rueda. De nuevo misma estrategia a seguir que en la anterior ocasión en el Col de la Mente.

El puerto se endurece en sus primeros kilómetros hasta la bifurcación de caminos, 3 km al 8% nos devuelven a la realidad. Esto aún no estaba superado. El calor azotaba con fuerza y no había brisa que refrescase nuestros cuerpos.

De nuevo música en los teléfonos para evadirnos del esfuerzo y tomar una actitud positiva. Rober con música de discoteca delante, Marta con música más tranquila detrás. Y yo, cual Dj, acelerando o dejándome caer en función de las canciones de uno y otro.

Mucho calor, mucho. Pero la Naturaleza es buena con el hombre si nosotros la respetamos. Y eso habíamos hecho durante todo el viaje. Y de alguna manera nos quiso recompensar.
Poza del río Aiguette
Al cruzar el puente que nos cambiaba de lado el río que traíamos acompañándonos observamos unas bonitas y refrescantes pozas.

Nos faltó tiempo para dejar as bicis apoyadas en el muro del puente y bajar hasta el oasis que nos acababa de regalar nuestra Madre Naturaleza por medio del río Aiguette.

5 kilómetros restaban para la cima, pero el descanso y el refrigerio me dieron fuerzas para llegar con energía hasta la cima. por primera vez había subido un puerto con cadencia, con fuerzas, con buenas sensaciones. Estaba cogiendo la forma que no había traído en los primeros días. Justo cuando todo estaba acabando.
Imanol siempre atento a nosotros.
En el Col de la Jau esperamos al resto de los componentes, comimos y nos lanzamos hacia Prades, lugar de descanso en esta penúltima jornada.

25km de continuo descenso que nos permitiría cruzar el bello pueblo de Mosset encaramado a la ladera de la montaña. Y también por el turístico Molitg les Bains con su cañón rocoso que nos recordaba a los parajes del valle de Toledo.
Localidad de Mosset
En Prades llegamos con buena hora para descansar y dar una vuelta por la localidad antes y después de cenar. Eran fiestas y el Club El Rider estaba hasta arriba con muy buena música y un peculiar ambiente. Allí nos quedamos tomando unas cervezas y disfrutando de la otra parte del viaje. El "descanso activo"...
El Rider, en Prades
Noche en el Hotel Hexagone, Prades

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