Podemos decir que esta etapa se realizó a modo de prólogo. Como aviso para nuestras piernas. 86km y algo más de 1.500m d+ es lo que necesitamos para iniciar nuestra aproximación a las entrañas de los Pirineos
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Rodando por la costa cantábrica. |
En la salida formamos una grupeta de 9 ciclistas. Luis, con el coche de apoyo, nos acompañó junto con Jon, Argoitz e Imanol, que hicieron de perfectos anfitriones guiándonos a la perfección por carreteras francesas y navarras.
Tras los primeros kilómetros rodando por la acantilada costa francesa, con algún que otro pequeño repecho, llegamos hasta St Jean de Luz para despedirnos definitivamente del mar Cantábrico y enfilar rumbo este en busca del Mediterráneo.
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Col de St Ignace. |
Con el mar ya a nuestras espaldas nos dirigimos tierra adentro paralelos al río Nivelle hasta llegar a Ascaín por un cómodo tramo que aprovechamos para charlar y conocer más a los guías que hoy nos acompañaban.
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Ascenso al Puerto de Otxondo. |
Desde Ascaín comienza el Col de St Ignace, 3 suaves y cómodos kilómetros que nos sirven para tensar por primera vez las piernas.
En la bajada, volvemos al valle del mismo río que nos acompañaba desde que nos separamos del mar. De nuevo, tenemos un tramo cómodo hasta llegar a Dantxarinea donde se establece la frontera casi imperceptible con Navarra. Desde aquí, muy próximas, se ubican las Cuevas de Zugarramurdi .
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Avituallamiento en el Puerto de Otxondo. |
Ya en tierras españolas afrontamos el incómodo Puerto de Otxondo por carretera nacional y mucho tráfico. La incomodidad de este puerto reside en la cantidad de tráfico que soporta, más si coincide en domingo, como fue nuestro caso.
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Puerto de Otxondo |
Tiene éste dos partes bien diferenciadas; una primera con un desnivel cercano al 7% con algunos puntos duros, pero también con un par de descansos. Y una segunda parte mucho más liviana donde incluso puedes rodar alegremente a la sombra de un denso bosque.
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Vistas desde el Col de Izpegi |
Son unos 9km en total que con nuestras aún frescas piernas se supera sin dificultad. Un puerto que no ofrece unas vistas espectaculares, pero que nos sirve de perfecto aperitivo para lo que nos quedaba por delante en esta primera jornada. Arriba en lo alto del puerto nos esperaba Luis con el avituallamiento.
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Vertiente española del Col de Izpegui |
Para concluir la jornada nos enfrentábamos al Col de Izpegi. 6 kilómetros desde Erratzu, muy tendidos al 6% que zigzaguea para elevarnos hasta el paso fronterizo que nos devolvería a tierras galas.
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La grupeta en el Col de Izpegi |
Es este un bellísimo puerto por ambas vertientes, que consiguió dejarnos con la boca abierta a todos los allí presentes. A todos, excepto a una grupeta de la zona que nos acompañó toda la subida comentándonos que era el primer día de sol desde hacía semanas, y que, este mismo paso había estado cerrado hasta hacía pocos días por las riadas de semana atrás.
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Celebrando el tercer y último paso del día. |
Una buena cerveza en lo alto del puerto antes de observar la grandiosidad de la vertiente francesa. Porque si bonita fue la subida por un lado, más aún lo fue el descenso por el otro.
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Descenso del Col de Izpegi. |
En la bajada, guerra de objetivos oculares entre el asfalto y las vistas con las que nos recibía nuestro país vecino.
Una vez abajo, solo nos quedaban un par de repechos hasta llegar hasta St Jean Pie de Port, localidad inicial del Camino de Santiago Francés.
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Divisando el valle desde el Col de Izpegi. |
La tarde la aprovechamos para descansar, estirar las piernas en la piscina y dar una vuelta por la muralla de esta localidad, e incluso tuvimos la suerte de poder observar un partido de pelota vasca antes de cenar y ver por televisión como Alemania ganaba el campeonato del mundo a Argentina.
Noche en
Hotel Camou, St Jean Pied de Port
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