jueves, 6 de marzo de 2014

Embalse de El Torcón

Sencilla, bonita y completa ruta que permite visitar variedad de localizaciones con gran valor histórico y paisajístico por los alrededores de los pantanos de El Torcón I (1948) y El Torcón II (1992).

36 intensos kilómetros que nos permiten rodar por un paraje eminentemente ganadero a los pies de los vetustos Montes de Toledo, en una zona establecida dentro de un imaginario triángulo entre las localidades toledanas de Menasalbas, Navahermosa y San Pablo de los Montes.
Embalse del Torcón (www.embalses.net)
Aquí, ademas de los embalses, podremos encontrar lugares de interés histórico como un verraco o una necrópolis de época prerromana. O de interés paisajístico, como la Cañada Real Segoviana o la mole de granito de La Cabeza del Torcón.

Todo ello entre almendros, encinas, jaras y demás flora típica de clima mediterráneo. También rodaremos entre ganado vacuno, ovino, porcino e incluso equino; sin dejar de lado águilas o conejos.

En definitiva, una interesante ruta por pistas, senderos, caminos e incluso algunos tramos de campo a través que nos permitirán vivir con intensidad esta corta ruta. No obstante, tenemos la opción de ampliar su longitud visitando el cercano castillo de Dos Hermanas, próximo a Navahermosa, al oeste.

Se recomienda realizar, para no perder su belleza, en épocas cuando el pantano tenga en un alto porcentaje de su capacidad. En esta ocasión, nos se encontraba a un 85% de su volumen máximo. (Pincha aquí para ver la info de capacidad actual)
Embalse de El Torcón (www.embalses.net)
Solo un pero, la cantidad de portelas situadas en caminos públicos que debemos abrir/cerrar o saltar para realizar esta ruta, pero es el módico precio que debemos pagar si queremos transitar por esta característica zona ganadera.



El coche lo dejaremos en frente del campo de fútbol y la zona deportiva de Menasalbas para iniciar los primeros kilómetros por la ancha y adecentada pista de Robledo.

Es esta la más transitada para llegar hasta la cola del pantano por los lugareños y una gran cantidad de pescadores que suelen poblar sus tranquilas orillas. Nos vendrá bien para calentar las piernas a pesar de sus ondulaciones en la primera mitad.

En esta época del año los almendros comienzan a florecer y nos ofrecen una bella estampa que acompaña a nuestras primeras pedaladas. Si giramos la vista, hacia atrás, podemos observar como la localidad de partida va quedando a tras, a bajo.

A los 3km de ruta hemos llegado a lo alto de esta leve ondulación. El cambio de rasante nos ofrece, por primera vez, vistas de las aguas tranquilas y escondidas aún tras las fincas de los menasalbeños.

Dejamos caer nuestras bicis disfrutando del aire fresco y las vistas en el horizonte de los cercanos Montes de Toledo
Camino de Robledo, hacia El Torcón.
No debemos dejarnos llevar por el magnetismo de este camino, pues poco antes de llegar a su objetivo, debemos desviarnos hacia la derecha por un camino paralelo al arroyo Casamula, que por momentos anega nuestro trazado.
Camino tomado tímidamente por el arroyo Casamula
Pronto llegaremos a una de las ramificaciones del embalse; la creada por el arroyo que venimos acompañando. La tranquilidad llega hasta lo más profundo de nuestras entrañas. Desde este momento comenzaremos a bordear el perímetro del pantano durante los próximos cinco kilómetros.
Camino perimetrando el pantano.
Durante estos kilómetros tendremos como factor común el agua junto a nosotros.Pero para conseguir esto, deberemos transitar por diferentes tipos de trazados.

El primero, un camino poco transitado, tranquilo y muy utilizado por los pescadores que finaliza en el momento en el que nos encontramos de nuevo con la pista de Robledo, la misma que veníamos rodando desde el inicio de la ruta.
Pista de Robledo y puente sobre el embalse.
Por ella, cruzaremos el puente que nos dejará en la orilla opuesta. Pero antes, no debemos dejar pasar la oportunidad de disfrutar la estampa que se nos ofrece en el momento de cruzar sobre el propio viaducto. Un auténtico mar a los pies de las montañas.
Vistas desde el puente.
Ya en el margen contrario, rodaremos por una pista más ancha y transitada. Siempre rumbo oeste, hacia la zona escarpada del pantano en busca de moles de granito que transformarán la lineal orilla en pequeños y escarpados acantilados de berruecos.

Un humilde paso sobre el arroyo Valdeloscrespos, permitirá el nuevo cambio de pista para poder seguir disfrutando de la paz que ofrecen estas aún claras aguas.
El arroyo Valdeloscrespos a la derecha.
Un fulminante giro a izquierdas, nos obliga a elevarnos sobre el pantano. Rápidamente debemos tomar la primera decisión. Si queremos seguir disfrutando del pantano a pesar de tener que saltar dos portelas, seguiremos recto. Si por contrario, no queremos saltar vallas de espino, debemos girar a la izquierda para encontrarnos con nuestra ruta original un poco más adelante.
Momento de decisión.
Nuestra opción es clara; continuar la aventura junto al pantano por un nuevo sector entre encinas; camino que por momentos se convierte en lanchas de granito mientras divisamos la nueva morfología de la orilla con grandes peñascos de granito.
Cambio de orografía.
El tramo es divertidísimo, zigzagueando dentro del encinar, por un camino que se ondula, con algunos tramos técnicos; separándose y acercándose a la orilla; hasta que nos encontramos con la esperada portela.

Una leve piedra que mana sobre el suelo a la derecha del paso cerrado, nos permite pasar los espinos sin problema, pero poniendo especial atención a no resbalar con las calas sobre este duro firme.
Portela que nos impide el paso.
No vi ningún cartel de propiedad privada, por lo que deduzco que es un camino público dentro de una finca privada con ganado en su interior.

La maniobra bien merece la pena. Nuestra atención deja de centrarse en las aguas por primera vez, para enfocarla en un divertido y estrecho sendero que serpentea; por un pequeño prado primero, y por un encajonado encinar después. Eso sí, siempre minado por incontables excrementos de cualquier tipo de ganado que no vimos en ningún momento.
Bonita senda.
Poco después llegamos a una nueva portela que nos sacaría de este sector, ahora con algún problema más a la hora de sortearla. Con un poco de paciencia e ingenio conseguimos pasar las bicis y nuestros propios cuerpos sin ningún tipo de accidente.
Vista de la portela, una vez superada.
Siguiendo uno de los múltiples senderos que partían desde este lugar hacia el sur, y sin cruzar aún el arroyo de la Peralosa, llegamos al ancho camino de Carboneros que tomamos a la izquierda.

Si hubiésemos tomado la decisión, unos kilómetros atrás, de obviar este bello y técnico tramo, entonces estaríamos llegando al punto de unión.
Camino de Carboneros
Un giro hacia el sur, nos pone de nuevo sobre el camino de Robledo, pero esta vez mucho menos adecentado. Introducido en un enorme encinar, comenzamos a ascender entre grandes poblaciones de ganado vacuno. El piso ha perdido completamente la calidad del inicio de ruta, lo que nos permite disfrutar de una conducción mucho más divertida y entretenida.
Primeras reses en el camino.
Poco más adelante nos encontraremos, ahora sí, con el arroyo de la Peralosa. Este punto tiene un áurea especial, donde los árboles se mezclan con el rebosante prado que mana agua por cualquiera de sus rincones. Gracias a  uno de las decenas de lanchares que asoman sobre el tapete verde, nos facilita el cruce del cauce dentro de este bucólico lugar.
Arroyo de la Peralosa.
Tras su vadeo llegamos a una encrucijada de caminos que nos obliga a orientarnos correctamente en busca del trazado sobre el GPS. Debemos cruzar rectos hacia el sur pero con especial cuidado ya que una vez tomado el camino correcto, debemos girar en breve a la izquierda.
De camino a la encrucijada
Surge aquí un nuevo dilema, el camino queda dibujado sobre una finca en apariencia privada (no veo ningún cartel que lo indique). Este cruza linealmente sobre ella. Dos firmes rodadas así nos lo confirma. El trazado va directos a la otra punta de la parcela donde hay una nueva portela. Son a penas 100 m de distancia entre ambas.

Si no queremos molestarnos en saltar, podemos obviar este tramo siguiendo recto, llegaremos a la base del la presa de El Torcón II, donde kilómetros más adelante nos uniremos si decidimos atravesar este punto.
Segunda de las dos portelas.
Así pues, de nuevo a levantar la bici para continuar nuestra ruta original. Una vez atravesado este tramo, sin observar ganado alguno, iniciamos una dura subida sobre una pista algo rota cubierta le de cantos puntiagudos y de color rojizo que caracterizan la zona de los Montes de Toledo.

Los pulmones se ensanchan para dar el oxígeno a las piernas, y esto nos permite oler por primera vez a jara. Retama igualmente característica del lugar.
Aparecen las Jaras.
Una vez arriba de este repecho, un lineal camino entre encinas y jaras nos dirige sin titubeo alguno hasta las proximidades del nuevo embalse de El Torcón en un leve falso llano.

El camino se encuentra de bruces con una gran imagen de este escondido y desconocido pantano. Pero también lo hace con un cortafuegos que asciende desde la base de la presa que retiene las aguas de este embalse de El Torcón II.
El Torcón II
Nos lanzaremos sobre el cortafuegos en descenso sin dejar de disfrutar de las vistas que nos ofrece este remanso de agua. Pero debemos poner especial precaución en su firme suelto y sobre todo en una CADENA ATRAVESADA en medio del tramo.
Cortafuegos, CUIDADO CON LA CADENA
Una vez abajo, si hemos evitado saltarnos la anterior portela, estaremos de nuevo en el mismo trazado. Deberemos cruzar el arroyo del Torcón, por primera vez en la ruta, por un adecentado vadeo sobre hormigón para comenzar una cómodo tramo paralelo al arroyo, ahora por su margen izquierda.
Vadeo del arroyo Torcón, en la base de la presa.
Iniciamos así un nuevo sector hasta llegar a la siguiente presa.; muy cómodo y bonito, por un camino perfectamente transitable. Disfrutaremos de la paz que ofrece el cauce siempre a nuestra derecha

Podemos dividir este tramo en dos partes bien diferenciadas. Una primera lineal, rápida pero tranquila, sin ningún tipo de vadeo y con un continuo descenso. Próximo al cauce del río en cercanía y altura.
Rodando junto al Torcón
Este primer tramo concluye en el momento que debemos cruzar el arroyo Gimena, pudiendo elegir entre una zona más adecentada con hormigón o más silvestre; dependiendo de nuestras preferencias o según nos obligue el caudal.
Vadenado el arroyo Gimena
Se nos presenta ahora la segunda mitad, algo más ondulada, con vadeos de regatos que van a morir al Torcón, y mucho más dinámica. Se aproxima y se aleja del cauce a la vez que se eleva progresivamente sobre él.

También coincide con un tramo senderista bien marcado con balizas del camino "Castillo-El Torcón", que tiene su inicio en Navahermosa, y que podemos realizar si queremos ampliar algún kilómetro más nuestra ruta a cambio de visitar el Castillo de Dos Hermanas.
Ruta senderista hasta el Castillo Dos Hermanas
En la parte final, una granja con cerdos de pata negra nos llama la atención. Sin darnos cuenta, hemos tomado una considerable altura sobre el cauce. Los bonitos vadeo de los arroyos Gimena, Ramos y Reloja, nos han evadido del esfuerzo que ha supuesto llegar hasta aquí. Estamos muy próximos a la presa del pantano, justo en un cruce de caminos donde observamos un bonito crucero.
Crucero de granito.
Queda ahora descender hasta la base de la presa, pero cual es mi sorpresa cuando al girar la bicicleta observo una gran puerta cerrada, con un cartel que reza "Prohibido el paso, propiedad privada" y una enorme señal de prohibido circular.

No me lo podía creer. Mano al GPS y móvil para buscar una alternativa. O Marchamos hasta Navahermosa o damos media vuelta por donde hemos venido; inviables ambas para las horas de sol de las que disponíamos.
¿Propiedad privada?
- "Lo siento mucho, pero debo seguir por aquí, si nos paran ya les pediremos disculpas e intentaremos dialogar explicándoles nuestras circunstancias."

Al acercarme a la puerta observo que no tiene candado y podemos abrirlo sin problemas. Con mucho pudor, cuidado y respeto iniciamos el descenso hasta la base de la presa. Un grupo de caballos quedan a nuestra derecha, pero parecen no asustarse. -"Tal vez estén acostumbrados al paso de gente y no sea tan privado el camino", pensaba por mis adentros.

Una nueva puerta en la fase final del descenso, de nuevo sin candado, me hizo casi asegurar que el camino podría ser público a pesar de las molestias tomadas por el propietario de la finca.

Estábamos en la cota más baja de la ruta, justo en la base de la presa del Torcón, río que cruzamos por segunda vez sobre sobre un adecentado puente hormigonado.
Puente sobre el Torcón, en la base de la presa.
Tocaba ahora ascender en busca del la abrupta y urbanizada orilla norte, por una ancha pista que conecta la presa con la carretera nacional. A la derecha, cantidades de propiedades privadas a modo de chalets nos obliga a tomar rumbo norte y alejarnos del pantano; poco después giraremos a la derecha.

Marcharemos ahora paralelos a este, pero sin poder divisarlo; no importa, pues nos adentramos poco a poco en un bonito camino salpicado de encinas. Una cancela de fácil acceso nos introduce en una zona con ganado manso que nos observa impasibles a nuestro paso.
Divertido tramo por el encinar.
Es un tramo cómodo con un leve repecho que nos vuelve a sacar de esta zona a través de otra fácil portela. Nos aproximarnos definitivamente al embalse.

Al final de la cuesta, aparece ante nosotros, la cola del pantano, por donde habíamos iniciado nuestra ruta un par de horas antes. En la otra orilla, el puente y la pista de los primeros kilómetros; a nuestros pies, una importantísima necrópolis celta, denominada "Casar del Asno". Aquí podemos observar decenas de huecos antropomorfos tallados sobre lanchares de granito.
Necrópolis "Casar del Asno"
Este lugar se encuentra exactamente sobre el trazado de la Cañada Real Segoviana que ahora tomaremos hacia el norte.

Zigzagueando por su gran anchura de 90 varas castellanas (72m), ascenderemos sobre lanchares de granito y esquivando enormes moles del mismo mineral hasta llegar la la segunda ubicación de interés histórico de la jornada.

Un enorme verraco de origen prerromano, cual toros de Guisando, solitario pero esbelto, quedaba a la derecha de nuestra marcha. Un pequeño desvío nos permite acercarnos para disfrutar de esta excepcional obra de arte celta.
Verraco celta.
Volviendo sobre nuestros pasos, saldremos a la Cañada Real Segoviana para continuar nuestra andadura hacia el norte. Vadearemos el arroyo del Recuero por una gran lancha que nos facilita el paso y además nos regala una bonita estampa.

Un numeroso grupo de ganado vacuno ha bajado para beber de sus frescas aguas, junto a ellas, un amable pastor que nos saluda y nos tranquiliza a nuestro paso.
Ganado en la Cañada.
Quedaba ya más cerca nuestro último objetivo. La imponente mole granítica de La Cabeza del Torcón. Todo un privilegiado balcón asomado a este bello paraje que se levanta entre las suaves lomas que inundan estos paisajes.
Cabeza del Torcón desde la Cañada.
El ataque lo acometeremos desde su cara norte, mucho menos escarpada y de fácil acceso. Aunque si nos queremos complicar, podemos ascender un un trialero sendero que cae por su vertiente oeste,  por donde hacemos nuestra aproximación.

Un par de curvas de herradura son suficientes para situarnos en lo más alto, junto al depósito de aguas de la Mancomunidad del Torcón y su vértice geodésico que marca la cota más alta de la ruta, 832msnm.

Las vistas desde aquí arriba son espectaculares. Hacia el norte, la extensa vega del Tajo con las Cárcavas de Burujón como principales protagonistas. Al sur, los montes de Toledo recortando el horizonte y un poco más cerca, los territorios rodados durante toda esta jornada, donde podemos ubicar todos y cada uno de los puntos por donde hemos pasado.
Vértice geodésico, Cañada, pantano, montes...
Tenemos que bajar, desde aquí hasta el final de ruta, es tendencia en bajada, por lo que podemos indicar que prácticamente ha acabado el esfuerzo físico

En medio de la bajada, debemos estar atentos para desviarnos de frente y tomar unas tímidas rodadas que nos van a permitir hacer un poco de campo a través junto al nacimiento del arroyo Recuero.
Escondido camino en la bajada.
Es esta una zona de vital importancia en la orientación si no queremos perdernos. El uso de GPS será casi obligatorio si queremos seguir el trazado con exactitud.

No obstante, si nos perdemos, no importará mucho, tenemos la referencia de la Cabeza del Torcón en todo momento; así que disfruta de este bonito momento rodando sobre el húmedo prado rebosante de agua; que poco a poco se va transformando en un pequeño regato.
Tramo de campo a través, regato Recuero.
Si seguimos bien las indicaciones, debemos girar a la izquierda y separarnos del pequeño cauce, para tomar un poco de altura y salir a un camino, de nuevo entre enebros, que nos dejará cómodamente, y sin duda alguna, en una pista principal adecentada.
De camino a la pista principal.
Esta pista adecentada es el camino de los Molinos, con dirección Menasalbas, solo queda relajar las piernas y disfrutar de la pendiente negativa. Aunque aún tenemos una última encrucijada de caminos que debemos tomar correctamente.
Camino de los Molinos.
No deberemos dejarnos llevar por las apariencias, y tomaremos el camino que continúa literalmente de frente, a pesar de que su piso sea el peor de todas las opciones. Circunstancia que nos compensará con un bucólico paseo entre muros de piedras y almendros en flor.

El tramo desemboca en la pista inicial , que en menos de doscientos metros nos dejará junto al punto de partida.
Llegando a Menasalbas.

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Otra opción que combina esta con el Corral de Cantos es esta

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4 comentarios:

  1. Impresionante ruta, impresionante descripción. Un placer leerte.

    Luis

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  2. Muchas gracias Luis. La verdad es que me gustaría ser más breve, pero me lío me lío... y no puedo dejar de describir todo lo que recuerdo o todas las opciones posibles para que la gente pueda después disfrutar las rutas...
    Un saludo

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  3. Hola, me ha gustado la ruta y conozco algo la zona. Queria probar un dia a hacerla, me gustaria saber más o menos a que altura esta la valla con la prohibición de paso, para intentar buscar una alternativa. Por lo que he leido en tu blog esta a continuación del Crucero de Piedra y he visto que hay varios caminos como alternativa. Si me lo puedes señalar te lo agradeceria. Un saludo y seguire tu blog.

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  4. Como bien dices, está justo en el crucero. En el momento que giras a la derecha para descender hasta la base de la presa del Torcón. Son a penas 700m. En el km 19,7 según la ruta colgada en wikiloc.
    Un saludo y gracias.

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