miércoles, 5 de febrero de 2014

Los Galayos, Refugio Victory y La Mira

Los Galayos son un imponente conjunto de agujas graníticas de unos 2.000 metros de altura que se levantan en la Sierra de Gredos. Todo un lugar de culto para los escaladores, donde será fácil otear a alguno de ellos por sus paredes verticales si decides realizar esta preciosa, pero dura ruta.
Los Galayos
La Mira es un pico perteneciente a la cuerda de Gredos, de unos 2.343 metros, que nos ofrece unas vistas espectaculares en cualquiera de los puntos cardinales donde dirijas tu atención. Situado en la zona central de la sierra, es una de las cotas más altas de esta.
La Mira
Entre ambos puntos, se halla el refugio Victory. Construcción de 1.949 en honor a D. Antonio Victory Rojas, que aún se mantiene activo en la actualidad para el uso y cobijo de cualquier montañero que decida disfrutar de esta bella zona de la sierra.
Refugio Victory (Pirineos3000)
La ruta se ha realizado en el mes de enero, aprovechando un anticiclón invernal. Tan solo disponíamos de botas de montaña y ningún tipo de material más, por lo que éramos conscientes de que en algún momento deberíamos dar la vuelta antes de llegar a nuestro objetivo, debido a la nieve acumulada en las cotas superiores. En épocas estivales sí es posible el ascenso hasta el punto más alto tan solo con este calzado.



El inicio se realiza desde la Plataforma del Barranco del Nogal, situado unos cuantos kilómetros más arriba de la localidad abulense de Guisando (no confundir con los Toros de Guisando)
Plataforma El Nogal del Barranco
Aquí existe un pequeño parking donde hay varios paneles informativos sobre posibles rutas de la zona. Nuestro punto de partida no tiene pérdida alguna, estando marcado como sendero PR-AV 43 y con algunos paneles indicándonos la distancia, desnivel y otros datos más de interés.
Buena señalización al inicio de ruta.

Partimos a unos 1.090 m de altitud. Durante el primer kilómetro estaremos rodeados de la sombra que nos ofrece un denso pinar. Pero 200 metros más arriba comienza a desaparecer la vegetación. El adecentado sendero nos dirige sin lugar a dudas por la loma de la Cabeza de Covacho que queda a nuestra derecha.
Sendero hacia los Galayos
A nuestra izquierda va quedando abajo el arroyo de los Galayos que corre tímidamente entre las rocas graníticas haciendo infinidad de pozas.

Al otro lado del valle, podemos observar diferentes caídas de agua, resbalando entre la roca, como si de auténticos toboganes se tratasen, confluyendo sus aguas con las del arroyo principal.
Cascadas de agua
A los 2 kilómetros nos encontramos la Fuente del Amanecer de la que mana tímidamente un poco de agua. No obstante y de forma continua por culpa del leve deshielo, aparecerán algunas corrientes de agua que bajan por la ladera, humedeciendo tibiamente el suelo.
Manaciones de agua.
La pendiente es continua y constante, no da un solo respiro ni desciende en ningún momento el porcentaje de desnivel. Es por ello que de vez en cuando es aconsejable hacer una pequeña parada para tomar agua, descansar y echar la mirada atrás para darnos cuenta de que nuestro esfuerzo no está resultando en vano. Podremos así divisar la la izquierda la senda por la que estamos ascendiendo; en el centro, el arroyo de los Galayos; y a la derecha del todo, el Cabezo de Cervunal.
Sendero, arroyo y Cabezo de Cernuval
Prosiguiendo el camino, un kilómetro más adelante nos introduciremos en una zona de pequeñas "zetas" donde existe una segunda fuente conocida como la de Macario. En esta ocasión el agua que mana es fresca y rica, con lo que podemos aprovechar para refrescarnos momentáneamente.
Fuente de Macario
Siguiendo nuestra ruta, poco a poco vamos tomando altura. En un momento en el que levanto la mirada hacia la ladera por la que estamos ascendiendo, consigo observar unas formas graníticas que mi imaginación las moldea a modo de centinelas que guardan y protegen el paso de las personas. Son Las Berroqueras, y podemos decir que son las formaciones previas a Los Galayos, algo más abruptas y menos definidas.
Las Berroqueras
Continuando la marcha, y levantando la mirada al frente observaremos por primera vez, y con muy buen ojo, el refugio Victory camuflado entre las rocas. También podremos ver como el conocido camino de las "zetas" comienza a rasgar la imponente pared granítica por la que se abre paso. Y, si tenemos suerte, podemos incluso encontrar las características cabras que inundan esta zona.
Dos cabras montesas
El arroyo, que antes veíamos a nuestros pies, llega a nuestro encuentro en la zona de La Apretura. Aquí existen dos opciones para llegar hasta el refugio. Uno más corto, pero más duro y menos aconsejable debido al peligro de desprendimientos, que marcha por la base de los Galayos sin cruzar el arroyo. Y otro, el de las "zetas" que nos obliga a cruzar el cauce y ascender de manera más indirecta pero mucho más seguro.
La Apretura
Este punto se encuentra a poco menos de los 4 kilómetros del inicio de la ruta, y a una altura de unos 1700m. Es el lugar donde en esta ocasión comienza a aparecer con intensidad la nieve y por donde debemos marchar con especial cuidado. El camino de las zetas es muy empinado y estrecho. Esto, unido a unas puntuales ráfagas de viento, comienzan a comprometer nuestra seguridad. No obstante seguimos adelante por esta la espectacular pared.
Las "Zetas"
Con mucha cautela conseguimos llegar hasta lo más alto de este sector. Pero la nieve y el sentido común nos impide continuar más allá de lo alto de esta pared. El refugio quedaba a menos de un kilómetro, pero todos los senderistas que volvían de allí, lo hacían bien equipados con sus crampones, bastones y polainas.

Sabíamos que podría ocurrir, así que buscamos un resguardo del viento que comenzaba a levantarse con más intensidad y nos dispusimos con vistas al valle y a la base de los Galayos para disfrutar de nuestros bocadillos a 1.840 metros de altitud.
Fin de nuestra ruta, en la base de los Galayos por las zetas.
Tras el tiempo de relax y la reposición de energías, descendimos hasta el punto de partida por el mismo lugar por el que habíamos hecho el ascenso. Los objetivos del refugio y La Mira, quedaban pendientes para la época estival o, ¿por qué no? para esta misma época pero con el material necesario y acompañado de gente con experiencia.

En resumen, una buena mañana de enero donde hemos pasado casi 5 horas rodeado de montañas, 9 kilómetros y unos 800m de desnivel acumulado que nos ha revitalizado el espíritu y la mente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario