jueves, 4 de agosto de 2011

Sierra de Guadarrama: Fuenfría, Cotos y Bola del Mundo.

En la edición de la Vuelta a España en el año 2010, se realizó la penúltima etapa cercana a Madrid con la polémica subida a la Bola del Mundo en Navacerrada, después de ascender a la Cruz Verde, León y la propia Navacerrada con un total de 170km.

La polémica venia servida por el estado del firme en este último tramo de apenas 3km desde Navacerrada hasta las antenas de TV y por la incrusión de vehículos motororizados dentro de un Parque Regional protegido que prohibe estrictamente el paso a este tipo de automóviles.

Desde entonces me rondaba por la cabeza realizar esta peculiar ascensión y buscaba una ruta "paralela" a la mencionada de la Vuelta 2010, adaptada tanto a mis capacidades como a la MTB. Tres ascensos previos; Fuenfría, Cotos y Navacerrada. Un recorte de kilómetros; 53km. El mínimo asfalto. Y la subida a la Bola.

Encontré hace unos meses una etapa que se ceñía a las características que buscaba. Estaba colgada en Wikiloc por Fran, compañero de pedaladas y crónicas con el que compartí mi ruta por las Lagunas de Ruidera hace unos años.

Dudaba de la capacidad para poder realizarla, pero en cuanto un entusiasta de la bicicleta como Tomás me lo propuso, no dudé en aceptar el reto. Sabía y confiaba en que él y su motivación me acompañase a realizar esta preciosa y dura ruta por las entrañas de una parte de la Sierra de Guadarrama.




Pincha aquí para ver la ruta en Wikiloc

[Pincha aquí] para ver el vídeo editado por Fran (http://www.rutasporalcazar.com/). Creador de esta ruta realizada en el mes de abril de este mismo año. Un poco más umbría, con los arroyos más crecidos y un "poco" de nieve en la Bola. Por lo demás todo idéntico a la ruta realizada.
En el video se pueden distinguir tres partes: una inicial del descenso por el Carril del Gallo, otra intermedia con el ascenso a la Bola del Mundo y una final con el descenso desde el Puerto de Navacerrada hasta Cercedilla.

Llegamos un poco tarde a Cercedilla, apenas eran las 10 de la mañana cuando empezamos a dar pedaladas por la travesía del pueblo (M-622). Habíamos dejado el coche en el parking gratuito del ayuntamiento. Me preocupaba el calor, debido a la tardía salida, pero a estas alturas (Cercedilla esta a unos 1100 m) el ambiente es más fresco. También contaba con la esperanza de rodar por bosques frondosos que nos regalasen kilómetros de sombra, además de los ascensos que íbamos a realizar, cercanos a los 2000 metros, lo que también influiría en el descenso del mercurio.

Así pues, tras un corto tramo por las entrañas de Cercedilla, dejamos a la derecha la subida oficial a la Fuenfría (hasta la urbanización Las Dehesas es asfaltado) y cruzamos el túnel bajo las vias del cercanías para girar a la derecha y salir del pueblo en dirección al Camino de los Campamentos.

En el primer recodo de este adecentado camino nos desviamos a la derecha para pasar una portela y entrar en el PR-4 (senda de Pequeño Recorrido número 4) que además coincide con un tramo de la calzada romana que asciende hasta este viejo paso entre las dos castillas.

Durante estos primeros kilómetros rodamos sobre el empedrado romano, no muy molesto, que va ascendiendo muy levemente retorciéndose por el denso pinar. A la dercha vamos dejando Cercedilla y el río Venta. Por izquierda, bajan numerosos arroyos desde la zona de los Campamentos y su camino, paralelo al nuestro unos metros más arriba.
Calzada romana a la salida de Cercedilla.

Sin darnos cuenta, y tras un leve giro a la izquierda, la pendiente se pronuncia. Son apenas 50 metros que nos hace enlazar con un nuevo camino. Hemos abandonado la calzada y retomado el camino de los Campamentos. 

Por este nuevo, adecentado y corto tramo llegamos hasta el Sanatorio de la Fuenfría que nos deja ante un nuevo cambio de piso. Hacia la izquierda, ascendiendo salen dos pistas asfaltadas que se unen en nuestra situación para continuar bajando hasta Cercedilla.

Preguntamos a una de las muchas personas que por alli nos encontramos cual de las dos pistas que ascendían al Puerto de la Fuenfría. El hombre, muy amable, nos explica que ambos ascensos se cruzan más arriba, de camino al collado, y después terminan en el mismo punto, nuestro objetivo de la Fuenfría. En los dos casos el asfalto desaparece a los pocos metros de esta encrucijada de caminos donde nos encontramos.

Asfalto a la salida del Sanatorio.
El hombre nos añade que el de la izquierda corresponde al trazado de la Carretera de la República y el de la derecha al trazado de la Calzada Romana. Nos recomienda que si vamos en bici tomemos la opción de la Carretera puesto que la Calzada asciende más directamente, con su consecuente mayor desnivel y se encuentra en un estado de deterioro en algunos tramos que nos harán muy sufrida la subida. Sin embargo la Carreterra de la República, se alarga en kilómetros pero desciende en porcentaje además de estar convertida en una pista forestal muy bien adecentada con un piso muy bueno, lo que permitirá un ascenso en bicicleta mucho más ameno.

Así pues, hacemos caso al buen hombre y continuamos nuestro ascenso por el asfalto de la izquierda, el cual rápidamente desaparece junto con una nueva portela que prohibe el paso a los vehículos a motor. Lo cruzamos y mantenemos un tranquilo ascenso como bien nos había comentado el hombre. Pronto llegamos al cruce con la Calzada Romana que ahora es usada por los peregrinos que salen de Madrid hacia Santiago. El pequeño tramo que pudimos observar de esta parte de la calzada era bonito pero roto, tal vez para un futuro descenso desde el puerto.

En este mismo punto nos encontramos con mucha gente que se detiene a descansar; senderistas y ciclistas usan este cruce como excusa para recuperar fuerzas comiendo o bebiendo sentados en cualquiera de las rocas que asoman desde el suelo o en el minúsculo prado que hace de lazo entre ambos caminos.
Nosotros no fuimos menos y aprovechamos a beber y hacer algunas fotos al cercano arroyo de la Fuenfría, también denominado Ducha de los Alemanes.

Arroyo de la Fuenfría.

Seguimos nuestro camino y pronto observamos el serpenteo de la pista. Hasta ahora el rumbo siempre había sido norte, pero de repente giramos al sur buscando un ascenso tranquilo dejando el valle de Fuenfría a la derecha. El tiempo que llevamos de pedaleo empieza a dar su fruto con las vistas desde lo alto, permitiéndonos disfrutar de este espectacular paraje según avanzamos.

Charlando, mirando y pedaleando llegamos a un nuevo giro para tomar rumbo norte de nuevo. La pendiente desaparece. En esta misma curva de herradura nos encotramos con el mirador de Vicente Aleixandre que nos permite divisar parte de la sierra de Madrid. Próximos a nosotros, los siete picos que íbamos a bordear a continuación. Muy al fondo el Peñalara, pico más alto de la comunidad madrileña. Entre ambos la Bola de Mundo, que aún quedaría muy lejos, incluso para nuestras vistas.

Una amable ciclista nos hace la foto de rigor y comentamos sobre nuestros destinos. Al comentarle que teníamos programado llegar a la Bola, nos deseó suerte... La verdad, parecía imposible desde la ubicación actual.
Tomás y yo en el mirador Vicente Alexandre.

Continuamos el camino, ahora por la pradera de Navarrulaque, que nos da un respiro e incluso nos regala leve descenso. En este mismo lugar se encuentra el Reloj de Cela, curiosa construcción en medio de esta pradera, donde apenas paramos para fotografiar.

El puerto es largo pero se nos hace muy ameno. Pronto llegamos al mirador de la Reina, previo paso por la umbría de la Navazuela, que nos indica que estamos muy próximos de la cima. Este mirador nos ofrece unas espectaculares vistas del todo el valle de la Fuenfría con Cercedilla al fondo, lo que nos permite hacernos una idea de todo lo que habíamos recorrido y que cantidad de metros habíamos ascendido.
Valle de la Fuenfría, desde el mirador de la Reina.

En el mirador coincidimos con una pareja de cicloturistas con los que nuevamente compartimos una conversación. Gente muy agradeble la que nos encontramos por esta zona. Hablamos sobre nuestras rutas de hoy y nos aconsejan varias opciones que podremos tener en cuenta para próxima visitas a esta zona, hoy seguiremos el track del GPS.

Finalmente llegamos al puerto de la Fuenfría (1794msnm), donde cantidad de caminos y senderos confuyen, entre ellos la ya mencionada calzada romana. Otros como el famoso Camino Smith que nos lleva directos a Navacerrada o senda de los Cospes, del Infante o la bajada a Valsaín... De nuevo cantidad de senderistas y ciclistas establecen su parada de descanso para reponer fuerzas y continuar sus rutas. Paramos en la Fuente de la Fuenfría a reponer agua.
Fuente de la Fuenfría.

A la derecha los siete picos y a la izquierda Peña Bercial, Cerro Minguete y Montón de Trigo,  que establecen la línea divisoria entre las comunidades de Madrid y Castilla-León.

Nosotros tomaremos rumbo al este por los caminos que faldean la vertiente norte de los Siete Picos. En la primera bifurcación nos desviarnos a la izquierda en busca del Carril del Gallo que nos dejará, ya por tierras segovianas, en la carretera CL-601 justo en la parte de las siete revueltas.
Bifurcación de caminos, bien señalizado.

El Carril del Gallo es una senda impresionante, espectacular y preciosa que transita entre los altisimos pinares protegidos de Valsaín. Pinos con copas de una altura de 7-8 metros dan la sensación de rodar sobre un espacio techado. Con apenas medio metro de anchura, bien definido, el camino serpentea entre raíces, piedras, helechos y arroyos que permiten disfrutar de la bicicleta de montaña en su estado más puro.
Senda del Carril del Gallo.

Aquí es muy recomendable el uso de una bicicleta de doble suspensión, aunque tampoco tuvo problemas la bici rígida para el paso de estos kilómetros de entretenido descenso.
Tramo técnico en el Carril del Gallo.

En un momento la ruta se abre y se despeja del denso pinar, estamos en la pradera de Navalazor. Aquí la senda parece perderse durante unos metros que rápidamente corregimos con el GPS. En dicha pradera podemos ver de nuevo en el horizonte la belleza del paisaje que el denso bosque nos ha impedido disfrutar hasta ahora.

Retomamos la bajada para vadear el arroyo del Telégrafo, corriente de agua más caudalosa de este tramo, que nos dejará a las puertas de la pista forestal. Descendiendo definitivamente hasta las siete revueltas de la carretera de La Granja de San Ildefonso.

Tomamos brevemente la carretera, hacemos las dos últimas revueltas según bajamos y salimos de ella en la misma curva por una nueva pista forestal asfaltada que da inicio al nuevo ascenso, esta vez a la estación de Cotos.

La ascensión es más corta que la Fuenfría, pero por contra se va complicando a medida que vamos tomando altura. Siempre, eso sí, protegidos del los rayos solares por el denso pinar de Valsaín.

El puerto comienza por la mencionada mista forestal asfaltada, que coincide con el GR-10 (ruta de Gran Recorrido número 10), con unas pendientes muy suaves que permiten a nuestras piernas salir del entumecimiento del húmedo descenso realizado. Se cruzan algunos arroyos sobre puentes que impiden que nos mojemos. 

Pista GR-10, inicio de la subida a Cotos.

Tras ellos, el camino gira rumbo norte y la pendiente se endurece para acceder a la pradera de las Vaquerizas donde el asfalto desaparece. La pista sigue este rumbo hasta llegar a La Granja, pero nostros, tras pasar un vivero, nos desviamos hacia la derecha, de nuevo al este, por el Camino Viejo del Paular que nos llevará directos al collado de Cotos.

Este camino ancho pero con un poco peor firme toma una pendiente media algo mayor a la pista anterior. Tras cruzar el bonito arroyo del Infierno solo queda un kilómetro para coronar. Es el más duro. Lo podemos dividir en dos partes; una primera que aumenta considerablemente el desnivel pero por el que aún se puede ascensder sobre la bici, y unos segundos 500m donde el camino se rompe literalemente y debemos subir empujando la bicicleta en un breve y corto tramo.
Ascenso a Cotos por el Camino Viejo del Paular.

Así pues llegamos a Cotos (1834msnm) donde nos sorprende ver a una vaca... ¡¡¡en medio de la carretera!!! Habíamos visto hasta aquí caballos y vacas en las laderas, y ninguna en medio de los caminos, pero cuando suponíamos que llegamos al tramo más tranquilo en este aspecto, nos encontramos con esta estampa.
Vaca en la carretera del puerto de Cotos.

Tomamos durante 6 tranquilos kilómetros la carretera M-604 que faldea los montes de Valsaín, rumbo suroeste hacia el puerto de Navacerrada. En el tranquilo trayecto podemos observar a la derecha el precioso y denso valle de Valsaín en numerosos miradores y a la izquierda la imponente loma del Noruego, con el Pico de Guarramillas en lo más alto, haciendo de frontera entre las dos Castillas.

Llegamos al Puerto de Navacerrada (1859msnm) tras este tramo prácticamente llano para afrontar el objetivo principal de la ruta, la subida a la Bola del Mundo o Alto de Guarramillas. Antes de ello paramos a tomar un refresco, rellenar los bidones y descansar nuestras piernas, ya que debido a la salida que hicimos tan tardía en Cercedilla, nos hemos plantado a las 14:15 en esta localización.

A esta altura el pinar es inexistente, por tanto no contamos con la protección solar que hemos tenido el 90% de la ruta. En cambio la altura a la que nos encotramos nos permite tener unas sensación térmica muy agradable a pesar del soleado dia.

Tras 10 minutos de descanso nos montamos sobre nuestras bicis e inciamos último ascenso del día. Tras rodear la base del telesilla nos encontramos con una barrera que impide el paso al tráfico motorizado.
Una de las telesilla de Navacerrada.

Acabamos de dejar el asfalto y pisamos sobre hormigón. La primera rampa es mortal, pica hacia arriba indiferente a las curvas de nivel que marca el GPS, llegando a tener un 17% de desnivel. Pronto el tramo hace dos curvas de herradura que cruzan literalmente las pistas de esquí, bajo los cables del telesilla. Aquí la pendiente se suaviza, pero no baja de un 12-13%. Las vistas hacia las instalaciones del puerto ya se ven muy abajo a pesar de los pocos metros rodados sobre la pista.


Puerto de Navacerrada, desde el ascenso a la Bola.

Hasta aquí hemos ascendido por la ladera oeste. Cuando el hormigón pasa a la vertiente sur, por el ventisquero de la Estrada, aparece una sucesión de cuatro curvas de herradura con una distancia de 10-20 metros entre una y otra que hacen un nuevo tramo complicado llegando a porcentajes de 20%. Las vistas son cada vez más espectaculares, pero tristemente la concentración  solo te permite ver el hormigón y la cantidad de pinturas escritas en el suelo animando a los ciclistas para el ascenso de la vuelta un año atras.

Revueltas con gran desnivel.
De nuevo un tramo largo, donde nos encontramos ya de frente las peculiares instalaciones de TV con forma de cohete espacial. Dos últimas revueltas, nos dejan a la altura del Bola Bar, bar más alto de la Comunidad de Madrid, solo abierto en época invernal junta a las instalciones de la estación de esquí.

Última rampa, desde la Bola del Mundo.
En este corto tramo, de apenas 40 metros de llanura, encontramos el oxígeno y descanso necesario para afrontar el último y definitivo repecho. Ya con la mirada levantada, el camino se levanta hacia la estación con un nuevo repecho del 18% que ya no respeto y me lanzo a culminar la temida y deseada subida.
Tomás y yo en la Bola del Mundo.

Estaba conseguido. En el ascenso nos cruzamos con 3 ciclistas que bajaban. Adelantamos a una valiente chica en la zona de los telesillas y justo en la zona de la Bola Bar se me unió un compañero para culminar el ascenso juntos. Por detrás Tomás ya había adelantado a la chica, que resultó ser la pareja este compañero momentáneo. Juntos mantuvimos una interesante conversación en lo alto mientras que recuperábamos el aliento.
¡Conseguido!
Tocaba realizar el vertiginoso descenso hasta el puerto de Navacerrada. Ahora si podíamos observar el paisaje, realizar alguna foto y a la vez disfrutar de la rápida y peligrosa bajada. Los frenos estaban a examen.
Lástima lo poco que se tarda en bajar con todo lo que había costado subir.
Vistas hacia el sur.
Ya en la estación de esquí, teniamos dos opciones, seguir bajando a Cercedilla por carretera o seguir el track por una nueva trialera. Como la senda del Gallo fue tan interesante, decidimos bajar por donde nos guiaba el track a pesar de que la hora se nos echaba encima.

Sendero muy técnico.

El descenso comienza por la parte alta del telesilla que une la estación de cercanias con el puerto de Navacerrada, descenciendo bajo el propio cable. Una vez en la estación nos dirigimos hasta la ermita de la Virgen de las Nieves y de ahi por un bonito sendero que va en busca del Regato del Puerto, coincidiendo por momentos con el propio arroyo, como si de una corredoira gallega se tratase.

Sendero y arroyo, cual corredoira gallega.
Este tramo es puramente intuitivo y por tramos peligroso debido a lo resbaladizo del piso por la unión del agua con el empedrado. Dependiendo de la época en la que lo transitemos estará mas o menos conquistado por la vegetación, pero la dirección no tiene pérdida, siempre siguiendo el curso de agua. Aunque en momentos puntuales llegó a ser molesta la densa vegetación.

Pronto el camino llega a un sendero mejor marcado coincidiendo con al confluencia del rio Navaelmedio. Aquí la vegetación respeta el camino y seguimos con más confianza el trazado, siempre con mucho ciudado pues el descenso nusca deja de ser tan atractivo como técnico. De nuevo echaremos en falta un bici de doble suspensión para un mayor disfrute de esta zona.

Sendero marcado y Tomás "tomando el sol".
El sendero desemboca en una pista forestal que baja al embalse de Navalemedio. En la pista transitaremos un breve especio pues pronto sale a la derecha, y muy escondido, un precioso sendero bordeado de helechos al principio y por pinares después que bordea el risco de la Majadilla Verde dejando a la izquierda el embalse.

Bonito endero flanqueado por helechos.
Este sendero va a parar al vado del rio Pradillos, terminando en un tramo pedregoso y empinado que nos obligará a  bajar de la bici por seguridad un pequeño tramo. Tras cruzar el rio tomamos el camino que sale a la izquierda que, sin problemas, nos introducirá en el casco urbano de Cercedilla, pervio paso por su depósito de aguas.

Ruta bonita, técnica, con ascensos no muy duros, excepto la Bola. Peculiar si cabe, puesto que los dos descensos son la parte más complicada pero a la vez más atractiva de la ruta.

5 comentarios:

  1. Bonita ruta y muy bien contada, me va a servir de mucha ayuda ya que en mi grupo "COMANDO SIN RUMBO" tenemos pensado hacerla el proximo dia 21 de Agosto, ademas el mismo recorrido realizado por ti y por rutas por Alcazar. Espero que nos divirtamos tanto como vosotros, aunque veo que lo peor no es la subida sino la bajada.

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  2. Me alegro que la cronica te haya servido de ayuda. Para eso esta. Para compartir experiencias y hacer que los lectores se hagan una idea de lo que se van a encontrar.
    Seguro que lo disfrutareis.
    Un saludo!

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  3. Gracias por tu ruta al detalle. Nos sirvió mucho ayer para poder llevarla a cabo. Lo único que cambiamos fué al principio la subida por la carretera de las Dehesas, por lo demas todo igual de duro. Siendo espectacular todo el paisaje. Seguro que volvemos el año que viene.

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  4. Dado que no tengo gps, he puesto tu ruta de wikiloc como enlace por si alguien quiere verlo en el bloc que estoy creando, Espero que no te moleste. un saludo

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  5. Me alegro que disfrutaseis de la ruta y de que el blog os haya servido de ayuda; para eso esta, para compartir. No hay problema de poner el track de wikiloc, solo te pido que menciones la fuente como yo lo hago por ejemplo con el video de Fran y la ruta, que como escribo en la cronica, es original suya tambien.
    Un saludo compañero!

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