domingo, 27 de febrero de 2011

Vía Verde de La Jara

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"La idea de construir una línea férrea por la comarca de La Jara surgió a principios del siglo pasado. Su propósito era facilitar las comunicaciones entre las provincias de Toledo y Badajoz.
Pero, como ocurrió con otras vías de ferrocarril, la falta de fondos tras la guerra y más tarde la escasa competitividad del ferrocarril frente al transporte por carretera dieron al traste con el proyecto. El resultado es que  nunca llegaron a circular trenes a lo largo de sus 170km.
Hoy una parte de la antigua vía entre Calera y Chozas y Minas de Santa Quiteria, con sus 18 túneles, 7 estaciones, 5 viadurctos y un apeadero, se ha convertido en una vía verde de más de 50 km, acondicionada para ciclistas y senderistas.
Su trazado perfectamente rectilíneo e indiferente a las vicisitudes del terreno recuerda la ilusión perdida de los viajes de largo recorrido. Un billete de ida y vuelta con el que cada uno podrá elegir  su destino, en virtud de su ritmo, fuerzas e interés ecoturístico"
(Rutas en bici en torno a Madrid. Ed. El País-Aguilar)

Desde hacía tiempo había oído hablar de esta ruta mediante el boca a boca, por internet, resvistas de turismo activo... Siempre tuve ganas de conocer esta via verde, tan cerca de nuestra localidad. Hoy la hemos recorrido.

Tras tomar un buen desayuno en la cafetería del Hotel Castilla a las 7:30 de la mañana, los coches cargados nos esperaban para desplazarnos hasta Calera y Chozas. A las 9:00 estábamos dando pedales Rodri, Javi, Tomás, Carlos, Álvaro y un servidor.
Teníamos 52 km hasta llegar a las Minas de Santa Quiteria con un ascenso acumulado de 300m, casi imperceptible, pero que no te permite dejar de dar pedales si quieres avanzar.

Los primeros kilómetros son llanos que acompañan a tierras de cultivo cercanas al río Tajo; con largas rectas y sin mucho interés visual de momento (llevábamos a nuestras espaldas las vistas de Gredos nevado, que nos recompensaría el esfuerzo a la vuelta).
Al llegar a la finca El Arco, entramos en los primeros paisajes de dehesas, acompañados de las primeras trincheras y dos pequeños túneles que no indican que el relieve comienza a ondularse.
A la salida del segundo tunel nos encontramos con el viaducto más largo y espectacular del recorrido  que salva el embalse de Azután.


Tras unos kilómetros llegamos a apeadero de Aldeanueva de Barbarroya que nos introduce a una nueva dehesa con una larga recta, indiferente a los relieves del terreno; tuneles, trincheras y pequeños puentes salvan las onulaciones del terreno, que poco a poco se va aproximando al rio Huso, el cual nos acompañará a nuestra derecha durante casi todo el recorrido.

En un punto, dicho rio hace un pequeño meando encajonado digno de fotografiar. Seguiremos con la vistas del rio, alternando tuneles, hasta llegar al cruce con la carretera que va a La Nava de Ricomalillo, cerca de la estacion de Navafuentes.

Continuando llegaremos al tunel más largo, que nada más salir continua con un pequeño viaducto sobre el rio Huso, que ahora quedará a nuestra izquierda. Para pasar este túnel es casi imprescindible llevar luz, puesto que las instalaciones estan desvalijadas y, apesar de ver el final, es imposible adivinar el estado del piso por el que rodamos.

Antes de llegar a un nuevo cruce con al carretera de El Campillo de la Jara  podemos observar dos pequeñas cascadas de arroyos que van a parar al susodicho rio, a nuestra izquierda. Podemos parar y relajarnos con su ruido en un, bien ubicado, banco de madera.
Cruzaremos de nuevo el rio dejandolo a izquierda y derecha en varias ocasiones, serpenteando con él, jugando a hacer una trenza, ambos con la misma dirección como peleando por un lugar en el valle del rio.

Una nueva carretera que une Campillo con Gargantilla vuelve a cruzar. Varios tuneles de nuevo y otro viaducto, parecen querer despistar al ciclista de su ubiacion respecto al rio; bonito baile continuo que atrae a cualquier persona que se precie observadora.
Así, jugnado con el rio, llegamos al pequeño embalse de San Vicente; estrecho, alargado y casi a la altura del camino, que parece amenazar con anegarlo. Lo acompañaremos durante unos kilómetros mietras que poco a poco se va disipando, hasta llegar a la solitaria estacion de la Cervilla que nos avisa de que estamos llegando al final de la ruta.
Unos pocos kilómetro más alante, un camino nos invita a abandonar la carrera para ir hasta la localidad de Pueto Rey. Pero seguiremos hasta el final, hasta la estación que protege el túnel anegado continuamente de agua que evita el paso a tierras pacenses. Descanso, recuperacion de fuerza y vuelta por el mismo camino.
No soy un amante de este tipo de rutas de ida y vuelta, prefiero las circulares; pero en esta ocasión no habia otra alternativa. Me alentaba que los 300 mestros de denivel positivos los sacariamos provecho a la vueta junto con la observación de pasisajes, que en una primera vista pueden pasar desapercibidos. Pero apareciao el viento y nos jugo una mala pasada. Volvimos trabajando las piernas más si cabe que en la ida.


Como conclusión. las vistas son buenas y hay momentos puntuales que merecen la pena parar y hacer fotos, o sentarse en un banco y difrutar. Pero es algo excesiva en sus rectas y se echa de menos más subidas y bajadas, lo que hace que sea un paseo un tanto monótono en algunos momentos. Al menos ya sabemos de lo que consiste una via verde.




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