miércoles, 2 de noviembre de 2011

Cercedilla: Bola del Mundo y Bosques de Valsaín.

Cada vez que visito esta zona de la Sierra de Madrid me quedo más impresionado. Hace unos meses Tomás y yo nos bautizamos en estos lares y quedamos tan sorprendidos de lo que nos encontramos, que no dudamos en proponerlo a nuestro compañeros semanales de Torrijos y así compartir esta belleza natural tan cercana.

Ruta en Wikiloc para GPS

No tardamos en proponer una quedada y seis compañeros aceptaron la invitación; a los incondicionales Tomás y Javi, se unieron Alberto, Manolo y Carlos, que ya nos había acompañado a la ruta de Mijares este verano.





Los seis quedamos a las 8 de la mañana para desplazarnos hasta Cercedilla y empezar a dar pedales sobre las 9:30. Las dudas sobre las prendas de abrigo que debíamos llevar quedaron completamente despejadas al bajar del coche en la localidad madrileña. Un sol radiante de otoño junto con una nula actividad eólica, nos obligó incluso a desistir de muchas de las ropas que habíamos preparado.

El parking estaba repleto de ciclistas que se preparaban a la par que nosotros, un gran ambiente para la ocasión, que no dudamos en inmortalizar.

La ruta tenía un pero a priori, y es que apenas teníamos kilómetros para rodar y calentar las piernas antes de iniciar la subida de 14km hasta La Bola. Si bien es cierto que encotrar alguna zona llana en estos lugares, resulta algo complicado. Este aspecto nos pasó factura a algunos de los componentes.

El ascenso hasta el Pto de Navacerrada lo hicimos por el camino del Calvario; camino que alterna duras pendientes con otras más livianas; así como zonas de pista en muy buen estado con otras muy pedregosas que pondrán a examen nuestra técnica sobre la bici. Por tanto un camino muy variado incluso con las vistas que nos ofrece, abierto en las cotas más bajas y con un bosque cerrado en las altas.

El camino comienza a la salida de Cercedilla en un giro a derchas cruzando el arroyo... para pasar a un firme de tierra compactada que nos llevará a las puertas del Hotel rural... donde transitaremos por asfalto hasta la puerta del embalse, antes de llegar a esta puerta sale a la derecha el camino tras cruzar una portela que nos conduce a un pequeño tramo técnico para introducirnos definitivamente en el bosque por pendientes sauves, haciendo muy ameno este primer tramo.


Pronto el camino, aún bien adecentado, hace un par de revueltas aumentando el porcentaje de desnivel de forma considerable. Tras estas revueltas la pendiente se suaviza pero poco a poco el camino comienza a perder firmeza convirtiéndolo en un tramo bastante técnico de subida, pero a su vez muy divertido.

Portanto, "grosso modo", podemos decir que el camino en su primera mitad prevalece las pendientes duras con buen firme y en su segunda mitad se alternan, es decir, se suaviza la pendiente pero el terreno se hace más roto.

Así pues llegamos a la estación de Cercanías del Pto de Navacerrada y ya por asfalto salimos a un espectacular mirador hacia las estribaciones occidentales de la sierra, con la Cruz de los Caídos al fondo.






Tras las fotos y breve descanso en este punto, tomamos durante un kilómetro la carretera en ascenso hasta llegar al mismisimo Pto de Navacerrada, donde observamos la cantidad de gente que hoy domingo transita por estos lugares. Lo que nos condicionaría nuestra jornada, almenos cerca de esta ubicación.

Sin parar comenzamos la tortuosa subida a La Bola del Mundo. Apenas tres kilómetros con repechos del 20% que te retuercen sobre la bicicleta. La enterior ocasión que estuvimos por aquí me juré no volverla a subir almenos en un año... y dos meses después aquí estaba. ¿Masoquismo? Tal vez. Cada uno puso su ritmo, su propio calvario. Y si ya de por si era dificil mantener el equilibrio sobre la bicicleta, teníamos que ir sorteando a la cantidad de senderistas que por allí transitaban.

La primera rampa es mortal, pica hacia arriba indiferente a las curvas de nivel que marca el GPS, llegando a tener un 17% de desnivel. Pronto el tramo hace dos curvas de herradura que cruzan literalmente las pistas de esquí, bajo los cables del telesilla. Aquí la pendiente se suaviza, pero no baja de un 12-13%. Las vistas hacia las instalaciones del puerto ya se ven muy abajo a pesar de los pocos metros rodados sobre la pista.

Hasta aquí hemos ascendido por la ladera oeste. Cuando el hormigón pasa a la vertiente sur, por el ventisquero de la Estrada, aparece una sucesión de cuatro curvas de herradura con una distancia de 10-20 metros entre una y otra que hacen un nuevo tramo complicado llegando a porcentajes de 20%. Las vistas son cada vez más espectaculares, pero tristemente la concentración solo te permite ver el hormigón y la cantidad de pinturas escritas en el suelo animando a los ciclistas para el ascenso de la vuelta un año atras.







De nuevo un tramo largo, donde nos encontramos ya de frente las peculiares instalaciones de TV con forma de cohete espacial. Dos últimas revueltas, nos dejan a la altura del Bola Bar, bar más alto de la Comunidad de Madrid, solo abierto en época invernal junta a las instalciones de la estación de esquí.

En este corto tramo, de apenas 40 metros de llanura, encontramos el oxígeno y descanso necesario para afrontar el último y definitivo repecho. Ya con la mirada levantada, el camino se levanta hacia la estación con un nuevo repecho del 18%.


Una vez arriba, íbamos llegando cada uno como un rosario de ciclistas. El reto estaba conseguido, reto que nos condicionaría nuestras piernas para el resto de la jornada.





Tocaba realizar el vertiginoso descenso hasta el puerto de Navacerrada. Ahora si podíamos observar el paisaje y a la vez disfrutar de la rápida y peligrosa bajada, más aún si cabe por la cantidad de gente que transitaba por el hormigón. Los frenos estaban a examen. Lástima lo poco que se tarda en bajar con todo lo que había costado subir.





Una vez de nuevo en el Pto de Navacerrada nos dirigimos hacia el popular y muy transitado Camino Schmid. Camino que une este puerto con el de la Fuenfría, con un continuo y divertido subeybaja que faldea sin perder mucho desnivel por la cara norte del monte de los siete picos.

Este sendero toma el nombre del montañero suizo Schmid, quien, al parecer, se enamoró de la sierra de guadarrama a principios del s XX. Schmid fue el socio nº13 de la Real Sociedad Española de Alpinismo y dirigió el albergue de esta sociedad en el Valle de la Fuenfría. En 1926 balizó y marcó el camino, que heredó así su nombre para el recuerdo de este amante de la montaña y de Guadarrama.








Tan conocido es el sendero que un día tan bueno como hoy es muy transitado y tal vez eso le reste la magia del camino entre pinos; continuas y cortas subidas y bajadas, muy limpio pero a la vez algo civilizado debido a la superposición de rocas sutilmente colocadas para impedir el paso rodado. Este tramo es recomendable realizarlo algún día no festivo para sacarle mayor provecho a su belleza.







De todos modos disfrutamos de él con mucho respeto a los senderistas que amablemente cortaban su paso echandose a un lado para facilitarnos el paso. Entiendo que el monte es de todos, pero debemos agradecer este gesto por parte de los otros amantes de la naturaleza.

Así, ciclamos hacia el oeste en busca del Pto de la Fuenfría por la senda de los Cospes (tramo final del camino Schmid), pero unos pocos kilómetros antes de llegar tomamos un desvío a la derecha que nos situará en el precioso Carril del Gallo.

El Carril del Gallo es una senda impresionante, espectacular y preciosa que transita entre los altisimos pinares protegidos de Valsaín. Pinos con copas de una altura de 7-8 metros dan la sensación de rodar sobre un espacio techado. Con apenas medio metro de anchura, bien definido, el camino serpentea entre raíces, piedras, helechos y arroyos que permiten disfrutar de la bicicleta de montaña en su estado más puro.

Aquí es muy recomendable el uso de una bicicleta de doble suspensión, aunque tampoco tuvo problemas la bici rígida para el paso de estos kilómetros de entretenido descenso.

En un momento la ruta se abre y se despeja del denso pinar, estamos en la pradera de Navalazor. Aquí la senda parece perderse durante unos metros que rápidamente corregimos con el GPS. En dicha pradera podemos ver de nuevo en el horizonte la belleza del paisaje que el denso bosque nos ha impedido disfrutar hasta ahora.
Retomamos la bajada para vadear el arroyo del Telégrafo, corriente de agua más caudalosa de este tramo, que nos dejará a las puertas de la pista forestal. Descendiendo definitivamente hasta las siete revueltas de la carretera de La Granja de San Ildefonso.

Es curioso como, estando tan cerca del camino Schmid, en este sendero tan solo nos cruzamos con 2 senderistas que recorrian estos kilómetros de descenso, mucho más puro y menos conocido.

Así tomamos brevemente la carretera CL-601, para desviarnos hacia el camino de San Ildefonso que conicide con el GR-10, ruta de Gran Recorrido que recorre toda la Sierra de Guadarrama. La pista es asfaltada y discurre por el impresionante y denso pinar de Valsaín. Escenario de muchas películas de terror españolas.




Este pinar de Valsaín, tiene una superficie forestal de 10.672 hectáreas. Fue el primer espacio protegido natural legalmente en España, con la prohibición de caza y pesca en 1579. Estos montes pertenicían a la ciudad de Segovia hasta ser comprados por el rey Carlos III en 1761. Desde esa fecha la propiedad estuvo vinculada a la Corona. Actualmente ha sido declarada Zona Especial de Protección de Aves e incuida en la red Natura de la Unión Europea.





La pendiente de este asfalto es fuerte, tanto que algunos compañeros comienzan a sentir por primera vez pesadez en las piernas. Es muy difícil acostumbrarse a pedalear después de hacer un descenso tan largo. Lejos quedaba ya la cima de La Bola. Por contra, y a pesar del porcentaje, la subida se podia hacer a ritmo pues el piso es muy estable.





Este camino va a parar a la Carretera de la República, que baja desde el Pto de la Fuenfría hasta Segovia, a la altura de la Fuente de la Reina. Aquí hacemos un obligado descanso, rellenamos los bidones y tomamos líquidos y comida. Apenas quedaba poco para concluir el ascenso por unas rampas mucho mas permisivas que, tras lo que acababamos de subir, se nos hacia practicamente llano. Así pudimos observar, ahora desde fuera, el impresionante valle de Valsaín. Y un poco mas al fondo divisar el collado del Pto de la Fuenfría.

Sin darnos cuenta llegamos a la deseada cota con el tiempo encima. La intención era seguir hasta el collado Marichiva para pasar por el camino del rio Moros hasta el Pto de los Leones y descender hasta Cercedilla. Pero debíamos recortar la ruta y decidimos hacer el descenso directo puramente por la Carretera de la República.





Esta carretera que uniría en aquella época Madrid con Segovia, fue olvidada en su construcción y aprovechada actualmente como una auténtica pista forestal, muy acondicionada. Iniciamos el rápido y largo descenso de unos 13 km. De nuevo muy transitado por senderistas, lo cual complicaba un poco el tramo.

Pasamos por el mirador de Vicente Alexandre, desde donde divisamos al fondo la Bola, y por un instante fuimos conscientes de lo que habíamos ascendido.

Sin perder tiempo continuamos el descenso hasta llegar al asfalto por la urbanización de las Dehesas y rápidamente, con impresionantes picos de velocidad, nos presentamos en Cercedilla para culminar una intensa, bonita y sufrida jornada de MTB en companía de unos grandes amigos amantes de este deporte tan bello que te permite conocer infinidad de rincones naturales en una unica jornada siempre respetando nuestra Madre Naturaleza.

Gracias chicos, por vuestra voluntad, esfuerzo, interés y disfrute. Solo, no seria lo mismo.

7 comentarios:

  1. Y todo esto despues de la capea que tuviste el dia anterior!!!!
    desde luego primito, estás hecho de otra pasta.

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  2. Eyyy primita!!! Que tal se dio la noche?? jeje. Si, depués de la capea y de la cornada de tres trayectorias del ternerito... jaja.
    Tengo en mente estrenarme por Guada... Una ruta por la Arquitectura Negra me llama mucho la antención... Un besete!!!

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  3. Genial crónica David! no veas que envidia me has vuelto a dar (eso sí, la envidia se ha despertado ahora que estoy sentadito y relajado, seguro que pedaleando allí hubiera sufrido como el que mas...), esta vez temas laborales me obligaron a perderme la aventura, en cuanto libre un finde te aviso para ver que andas tramando...

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  4. Gran crónica David. Hay que ir pensando en preparar otra. Puede ser el bautismo de Tomás en el Piélago.

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  5. Muchas gracias Alber!!! Eso lo dejo en tus manos... Por mi cuandonquieras. Las zonas montañosa no son tan arcillosas como las de aqui y se pueden visitar en cualquier momento...

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  6. Genial Alvaro! Muchas gracias. Ya sabex que aqui voy avisando de las escapadas pero no de todas. Asique cuando estes por torri avisame y nos hacemos alguna interesante ok?

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  7. Que grande como siempre, lo das todo con la bici y con la mente para escribir estas maravillosas crónicas, siempre es un placer pedalear, con vosotros, y ya sabéis que aquí tenéis un gran compañero que jamás se fatigará a la hora de recorrer sitios nuevos y más con un grupo de amiguetes tan bueno como el que hemos formado.

    Por cierto eso del Bautismo en el Piélago, me suena a que va a ser una gran aventura así que tu organiza y cuenta conmigo y mi bici jeje

    Un abrazo a todos.

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