Esta es una más de la muchas organizaciones que actualmente se están llevando acabo por la zona centro debido al ya confirmado "boom" ciclista en España. ¿El problema? Que empieza a estar tan saturado el calendario, que tienen que venirse hasta principios de febrero para poder encontrar fecha libre.
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La ruta comienza rodando por el valle, serpenteando entre caminos que parecen acompañar las aguas del Tiétar. Un tramo, este, cómodo con innumerables charcos y zonas anegadas que le daban un punto aventurero a la jornada, aunque con algo de incomodidad por ser en los primeros kms y con temperaturas aún bajas.
Casi llegamos a tocar un brazo del embalse de Rosarito cuando la ruta gira hacia el norte en busca de la falda de la montaña. Un paso peligroso por la carretera CL-501 nos dejaría preparados para comenzar la primera de las dos grandes subidas dispuestas para hoy.
Tras 15 km por lo más profundo del valle, se iniciaría una subida de otros tantos kms pasando por El Raso y un interesante yacimiento de un Castro Celta. La subida es cómoda, por pista ancha y a veces asfalto. Alguna rampa dura en las inmediaciones de la única localidad de paso, pero nada más reseñable.
Las vistas sobre el valle y el embalse nos agradan el esfuerzo realizado. Vistas que debemos olvidar una vez hayamos conquistado La Muralla (así se llama el paraje donde acaba la primera ascensión), para centrarnos en el peligroso y divertido descenso por un sendero que nos obliga a extremar muchísimo la precaución, incluso a bajarnos de la bicicleta puntualmente por seguridad.
Un paso peligroso junto a un barranco con agua. Bonito momento para detenerse y disfrutar de las vistas mientras descansamos y nos relajamos de la tensión acumulada en nuestro cuerpo.
Antes de terminar el descenso, el track sale del sendero para hacer una bonita combinación de pistas y caminos, mucho más seguros que nos permitirán disfrutar más si cabe del este bonito deporte del MTB.
Saldremos a la carretera de El Raso para dar por finalizada la bajada e iniciar la segunda de las subidas, esta mucho más dura que la primera.
Saldremos de la carretera en subida en busca de otro asfalto, esta vez el que conduce al Santuario de Chilla. Entre ambos trazados, un sube y baja que prepara las piernas para la parte más dura de la jornada.
Tras abandonar esta segunda calzada comienzan dos kilómetros que parecerán eternos. Esto sí es una "muralla" y no la de la primera ascensión.
Ya introducidos en el bosque, tenemos la opción de volver a Candeleda o afrontar la última subida hasta El Nogal. Otros 15km con un inicio muy duro, pero que luego la pista se convierte en benévola y facilita el ascenso hasta lo más alto. La cabeza hará su papel, tanto o más que las piernas.
Una vez arriba. A la intemperie, debemos buscar un sendero casi creado para la ocasión para realizar la Bajada del Guerrero, la cual aconsejo realizar con inmensa precaución. Bajada casi de DH donde la falta de fuerzas y la excesiva técnica que requiere puede pasarnos una mala jugada. O todo lo contrario, disfrutar como un crío si te gustas las emociones fuertes.
Tras 66km y 1600m de desnivel llegamos de nuevo a Candeleda, con una nueva parte más conocida de la Sierra de Gredos.
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