martes, 12 de abril de 2016

Sierra de la Higuera

Espectacular, bella y completa ruta realizada para visitar la zona de la Sierra de la Higuera y su Cerro Mingamorena, muy próximo a la piedra de las "Tres Cruces" donde se establece el límite físico entre Ávila (Higuera de Dueñas), Madrid (Cenicientos) y Toledo (Palahustán).

Una ruta que nos muestra una desconocida y olvidada zona, situada en el límite regional de tres comunidades autónomas, guardando un especial encanto que no dejará indiferente a nadie. 
En busca de la Sierra de la Higuera
Prados, encinares, pinares, vaguadas y arroyos. Pistas, senderos y vetustos asfaltos. Reses, guarros, ovinos y bambis. Todo en uno. Ojo, si eres de los que tiene mucho respeto a los animales sueltos.


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El trazado se inicia en Paredes de Escalona. En ascenso directo cruzaremos las propias "paredes" que trazan un contundente límite entre los extensos y llanos campos de cereales, que dejamos a nuestras espaldas; y los densos y pastoriles encinares que se nos presentan por delante de nuestros ojos.
Reses mansas en nuestro camino
Hasta un ligero cambio de temperatura será posible percibir una vez atravesada esta simbólica y peculiar elevación, como si de una muralla natural se tratase. Es como si cruzásemos una puerta del tiempo y nos adentrásemos de golpe en un nuevo clima; con flora, fauna y temperatura completamente diferente.

Hasta llegar a Cenicientos, el trazado se puede dividir en dos mitades; una primera con un bonito camino/sendero en ligero ascenso. La segunda, con un cómodo tramo de rugoso asfalto. 
Compañerismo
Una vez atravesada esta primera localidad, se toma un sendero que cruzará en un par de ocasiones el asfalto, continuando en ligero ascenso. Rápido la senda se torna en cómodo descenso, siempre serpenteando entre densa vegetación.

Estamos en este momento rodeando la base de la Peña por su lado occidental, con pasos a veces técnicos, pero que merecerán la pena para disfrutar de su bajada hasta desembocar en un nuevo camino.
Nuevos amigos...
El encinar, salpicado por pinos en su tramo final, poco a poco va abriéndose a la vez que el trazado se ensancha. En cómodo descenso podremos disfrutar de unas espectaculares vistas del valle del Tiétar y de la sierra de Gredos. Ahora con miradas al horizonte a ambos lados del trazado.
Dehesas de encinas.
Tras cruzar el arroyo del Juncal y la carretera, comenzará un duro ascenso que nos introducirá definitivamente en la Sierra de la Higuera. Unos bellos parajes con cantidad de reses pastando se presentan en nuestro camino. En este tramo se pasarán varias portelas de ganado, por favor, cerradlas una vez hayáis cruzado el paso.

Es el momento de abrir todos los sentidos y disfrutar de todo lo que la montaña te permite disfrutar.
Ascenso a la Sierra de la Higuera
Ya en Herrera de las Dueñas se puede hacer un pequeño descanso y reponer líquidos (seguir el track hasta la fuente de la plaza) de cara a afrontar la subida principal de la jornada.

A la salida del pueblo una preciosa estampa, un extenso prado surcado por un camino de hormigón, nos pone en alerta de los que nos espera adelante.
Bellos parajes
"El hormigón no engaña", y no, no nos engañó. Pero tras unas duras rampas, el ascenso suaviza. El hormigón nos abandona y la pista se torna adecentada.

Ascenderemos los 8 tornanti con unas magníficas vistas al valle del Tiétar y la silueta de Gredos al fondo. Uno de los ascensos más bonitos que he realizado con la bici a día de hoy.
Reponiendo líquidos en Higuera de Dueñas
Casi sin darnos cuenta habremos llegado a las aproximaciones del Cerro Mingamorena y el hito divisorio de las tres comunidades autónomas.

Aquí tendremos el paso más polémico de la jornada. Una valla cerrada con candado impide el paso, pero podremos levantar la valla por debajo para pasar.
Hormigón entre el prado
Ahora nos desviarnos a la derecha en un durísimo ascenso de solo 500m que nos dejará en el punto más alto de la jornada. Nos espera ahora, una bella bajada.

Saldremos a una descuidada carretera (cuidado con la cadena previa) por la que ascenderemos dos ligeros kilómetros hasta la referencia de las antenas de telecomunicación. A partir de ellas, un rápido descenso durante algunos kms más.
Tornantis
Atención, que la velocidad no haga saltar el desvío a la derecha en busca del camino que acompaña el arroyo de la Vega.

Seguiremos ahora una seria de caminos, unos más marcados que otros, todos ellos en cómodo descenso que nos conducirán definitivamente a la carretera de Paredes. Será la parte más cómoda, puesto que desde que dejamos las antenas, el camino siempre tiende a bajar. Merecerá la pena reducir la velocidad y disfrutar de este escondido paraje.
Único paso comprometido
Una vez en la carretera de Paredes, la cruzaremos para presentarnos de nuevo en la peculiar minisierra. Al otro lado nos espera la realidad. Es como despertar de un sueño. La orografía se muestra llana, más allá de esta muralla natural. Un rápido descenso, nos hace volver a cruzar la carretera para dejarnos definitivamente en la localidad de inicio.
Parajes relajantes

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